El siguiente texto asocia las traducciones de un artículo inicialmente publicado (en ingles) el 6 de febrero del 2015 en el sitio del Smithsonian Magazine, de la Smithsonian Insitution, y extractos de otro publicado el 29 de febrero del 2016, en el sitio de la BBC.
« Nuestro análisis muestra que las mandíbulas de los primeros agricultores del Levante Mediterráneo no son sólo más pequeñas que las de los predecesores cazadores-recolectores, sino que también experimentaron una serie compleja de cambios en la forma a medida de la transición hacia la agricultura ».
Observemos los dientes de la mayoría de los fósiles de los primeros humanos y encontraremos raramente caries. Extrañamente [o no, sic], durante los millones de años de la prehistoria humana nuestros ancestros beneficiaban generalmente de buena salud oral — aún cuando su asistencia dental no iba más allá del empleo de simples palillos.
De hecho, los dientes putrefactos se volvieron un problema común sólo muy recientemente — hace más o menos 10.000 años — al inicio del Neolítico, cuando nuestros antepasados comenzaron a cultivar la tierra. Una odontología relativamente sofisticada emergió poco tiempo después.
La caries dental no está completamente ausente en las sociedades pre-agricolas, pero es muy rara. « La frecuencia de caries entre los cazadores-recolectores era aproximadamente del 1–5%, y de aproximadamente 6–8% entre las poblaciones con estrategias de subsistencia mixtas », explica Alejandra Ortiz en la New York University. « Esto contrasta con las poblaciones agrícolas, que presentan frecuencias de caries dental que van del 10% hasta el 80–85%. »
El paso a la agricultura no sólo causó cambios en nuestras mandíbulas. Dos otros estudios publicados el año pasado señalan que la emergencia de la agricultura ha probablemente precipitado a otros cambios en los humanos, causando huesos mas ligeros, menos densos, particularmente a nivel de las articulaciones. Tales desarrollos parecen estar relacionados con la dieta y la actividad física, especialmente al estilo de vida más sedentario, posibilitado gracias a la agricultura y la domesticación animal.
Algunos afirman (non sin controversia) que el cambio civilizador hacia la agricultura está al origen de muchos males sociales. Ese es otro tema, pero de algo podemos estar seguros : los odontólogos probablemente no estarían donde están hoy si nuestros ancestros no hubieran fatídicamente adoptado la cultivación de la tierra. Lo mismo es cierto para cada uno de nosotros.
imi place Steinbeck , ma tenteaza si cred k am sa o citesc , acum am terminat &qaua;Mtnostirea din Parma » ‑Sthendal (unul din preferatzii mei )si am inceput « Barbati care urasc femeile »